Gustavo Vega compartió equipo con sus dos hijos en partido oficial
LanzaroteDeportiva.com
El pasado día 27 de febrero el Tinajo Fontanería y Comercial Yayo recuperaba el partido aplazado de la Liga Interinsular Senior Masculina de Baloncesto ante el CAF Fuerteventura viviéndose una situación muy difícil de ver. Gustavo Vega, coordinador del club, entrenador del primer equipo y jugador del mismo convocaba para el partido al junior Gabriel Vega y al cadete Jorge Vega para disputar el partido.
Lo del apellido no es casualidad, los dos jugadores son hijos de Gustavo, quien vio una oportunidad perfecta para cumplir un sueño, compartir cancha con sus dos hijos. “Se lo comenté al club y me lo permitieron y luego hablé con la primera plantilla y estaban encantados con que pudieramos hacerlo, así que tengo que agradecerles a todos ellos que me lo hayan permitido”, decía emocionado el padre.
“No era una cosa que tuviéramos pensado en algún momento, solo que llegó el momento, se puso de cara”, explica, ante un rival que tiene muchos jugadores jóvenes y ante el que sabían que no deberían, en condiciones normales, tener muchos problemas para ganar, pudiendo permitirse usar unos minutos para conseguir un momento que no se le va a olvidar nunca.
Estaban todavía en el primer cuarto y aprovecharon un tiempo muerto para saltar a cancha los tres Vega; Gustavo, Gabriel y Jorge. Fueron solo unos minutos porque “yo no estoy para jugar mucho tiempo”, confiesa Gustavo, que los recordará toda su vida. “Fue increíble pasarle un balón a tu hijo o ir a un rebote con el otro, luchar en defensa con ellos, de verdad, se me pasó volando el tiempo, es inolvidable”.
Ante un momento así el Pabellón Municipal de Tinajo tuvo más público que el normal en un partido de esta categoría. La familia y los amigos estaban en la grada esperando el momento y lo celebró por todo lo alto.
Gustavo recuerda que, pese a ue él es el entrenador y los dos jugadores son sus hijos, “soy superexigente con todo el mundo, soy el primero que se exige a si mismo y con todos soy igual, por eso con mis hijos lo fui, incluso hasta les exijo más de lo que les pido a otra persona y no les dejo pasar una”, confiesa, aunque cuando hablamos del trato en el rectángulo de juego..... “No sé si me llamaron papá, Gustavo, mister.... estaba tan nervioso y el tiempo pasó tan rápido, que ni me acuerdo”.
Nos dice que Gabriel tenía “sus reticencias a entrar porque no se había visto en una situación con jugadores mayores”, mientras que Jorge “salió más motivado, pidiendo minutos y haciendo un triple”, pero al final acabamos todos disfrutando del momento.
Pese a ser quien lleva las riendas del equipo, Gustavo avisa que “no creo que se vuelva a repetir”, aunque amenaza con no retirarse y quién sabe si en un futuro se podría volver a dar la situación ya con sus hijos en alguna categoría superior. Por lo pronto, este día, no lo olvidarán en la vida.
Por cierto, ganó el equipo lanzaroteño 115 a 37, pero a estas alturas, quizás todo eso haya sido lo de menos.