El Zonzamas-Puerto del Carmen reunió a 9 "supervivientes"
LanzaroteDeportiva.com
Corría el año 2003/2004 y el balonmano lanzaroteño, el que había gozado de salud exquisita en años atrás con equipos como el Vifirehati, el Torrelavega, el San José Obrero…, quería volver a ser el que era. El Club Balonmano Tahíche, uno de los grandes clubes en categoría nacional, disputando incluso la Copa de la Reina, había descendido a Primera División e intentaba quitarse el lastre de los problemas económicos que estaban asolándolo.
Ahí coincidía el equipo del municipio de Teguise con el Club Balonmano Puerto del Carmen, quien llevaba ya varias temporadas haciendo un trabajo excepcional de cantera, quien había disputado alguna fase de ascenso y quien cargado de ilusión esperaba que ese fuera su año.
Como decíamos, era la temporada 2003/2004, concretamente el 20 de marzo del 2004 y fue el último gran derby de balonmano nacional que vivió Lanzarote, específicamente en el Pabellón Municipal de Tías, hasta el que el pasado sábado el Club Balonmano Zonzamas recibió al visita del Club Balonmano Puerto del Carmen.
Había muchas cosas que hacían coincidir entre un derby y el otro, 12 años después. Por un lado era el último partido de la primera vuelta y lo será también, el de vuelta, el de la temporada, como ocurrió con aquel Tahíche – Puerto del Carmen primero y el Puerto del Carmen – Tahíche después; un equipo peleaba por estar en la zona alta de la clasificación pues si hace 12 años era el Club Balonmano Tahíche, ahora era el Club Balonmano Puerto del Carmen; y en común también estaba que 9 integrantes del derby de hace 12 años, estaban (o podían haber estado si las lesiones lo hubieran permitido) en la cancha.
El Puerto del Carmen de aquella temporada contaba en sus filas con unas jóvenes Beatriz San Ginés y Nereida Montelongo. La primera de ellas ahora está en las filas del Zonzamas, aunque tuvo que abandonar la cancha por sentirse indispuesta y no pudo salir en la foto del recuerdo, mientras que la segunda, tras pasar por Tenerife, volvió al club donde se inició, aunque el sábado no pudo jugar por lesión.
Por su parte el Club Balonmano Tahíche contaba con Doly Milán, ahora en las filas del Puerto del Carmen; Marta Santacruz, también en las filas del Puerto del Carmen; Rocío Guerrero, tras pasar por Tenerife, ahora en las filas del Zonzamas, Xiomara Sánchez, también en el conjunto batatero; y Lorena Rocío, lesionada pero con ficha del Club Balonmano Zonzamas. Se completa el grupo con el entrenador, Jesús Casanova, que hace 12 años hacía “campeonar” al Tahíche y ahora intenta hacer lo propio con el Puerto del Carmen. En la foto aparece también Leticia, que jugó con todas ellas una temporada después.
Tanto en la ida, como en la vuelta, ganó el Tahíche, que se proclamó campeón de liga. En el partido disputado en Tahíche las chicas que entonces entrebana Jesús Casanova ganaron 20 a 16 a las de Santana, mientras que en el partido de vuelta, el último de aquella campaña regular 2003/2004, disputrado en el Pabellón Municipal de Tías, ganaban también las de Tahíche por 23 a 28. Queda en el recuerdo cuando el equipo amarillo saltó a la cancha con una pancarta dando las felicidades a su rival de aquella tarde por haber ganado la liga regular y deseándoles suerte para la fase de ascenso, que se disputó en León y Tenerife, aunque Lanzarote había solicitado una de las sedes.
Mientras, el Puerto del Carmen esperaba a que la Federación Española decidiera si hacía una liga intermedia entre la Primera División y la División de Honor e intentar pujar por una de esas plazas al haber quedado quintas clasificadas, el Tahíche no ascendió. Todo quedó igual en el ámbito deportivo, pero no en lo social. A la siguiente campaña el Club Balonmano Tahíche se vio obligado a desaparecer y refundarse con el nombre de Club Deportivo Tahíche, bajo el amparo del equipo de fútbol.
Años después, en la 2006/2007 volvieron a subir, estaban los dos en la misma categoría, pero en grupos distintos. Nunca más se había vuelto a vivir un derby lanzaroteño a nivel nacional en el balonmano femenino, hasta el sábado, en donde se demostró que, como dijo alguna vez Miguel Ríos, “los viejos roqueros, nunca mueren”.